Hay mucha gente que vive como vara seca y sin fruto; amarrada al pasado,
mostrando los diplomas que alguna vez obtuvo, contando historias de
cómo Dios lo usó en años pasados. Y está bien tener el registro de lo
vivido, para que las generaciones futuras vean que Dios nos bendijo; lo
que no está bien es “anclarse” en el pasado, perderse el presente y por
consecuencia hipotecar su fututo. Un mensaje inspirador.
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http://depositfiles.com/files/fnbnrjtn2
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