lunes, 10 de diciembre de 2012

Bienvenido a mi mundo

La mayoría de la gente odia su trabajo y sienten que esas 160 horas al mes le arrebatan la vida. ¿Cambiar de empleo? Imposible, las obligaciones siguen galopando sin piedad. Pero Jesús borra la frontera entre lo secular y lo sagrado. A Él le importan tanto los domingos como tus miércoles. Sobre el fregadero de la cocina, Dios cuelga un letrero: “Aquí se hacen tareas divinas todos los días”. Tu escritorio es Su altar. Tu trabajo puede ser adoración! El tiempo que reniegas con tus hijos, con la tarea escolar, ¡es adoración! Vas a invitar a Jesús a subirse a tu vida.

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http://depositfiles.com/files/3lanp4tkv

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