Cuando alguien tiene mente de pobre, aunque tenga mucho dinero es un
esclavo sentado en el trono. El que tiene mente de pobre siempre vive
con la sensación de que el pozo se le va a secar, de que en algún
momento las vacas gordas se van a ir. Así que, para llegar al trono como
rey y cumplir todos tus sueños, primero tienes que descubrir lo que
está en ti, porque el reinado no viene de afuera. Dios te hizo para que
reines, Dios te hizo para que estés como cabeza y no como cola. Dentro
de ti hay un rey escondido; bajo el barro, bajo el lodo de la estima
dañada, hay alguien capacitado con los genes, con todo lo necesario para
que Dios le use. Busca el reino de Dios y todo será añadido.
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miércoles, 12 de diciembre de 2012
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