Si viajas con niños, hay una pregunta que debes enfrentar. Una pregunta
que surge del asiento trasero apenas diez minutos de haber salido. La
harán compulsivamente y con una pasión obstinada: “¿Ya llegamos?”
Imagínate que les dijeras: “Todavía no llegamos. No llegaremos hoy, ni
mañana, de hecho vamos a estar toda la vida de viaje”. Vas a conocer al
Dios de la ruta indirecta, el que te lleva por el camino más largo.
Pocas veces el camino de Dios es el más fácil, o el más directo, o el
más agradable…pero siempre es el mejor camino. Si estás en un desierto,
este es tu mensaje.
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http://depositfiles.com/files/micemcitt
lunes, 10 de diciembre de 2012
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