Tarde o temprano las visitas se van. Y para que el Señor habite en tu
casa y no solo te visite, tendrás que construir el sitio adecuado para
que Él se quede. Un lugar donde se honre Su Presencia todos los días de
la semana; donde siempre estés en comunicación con Él, aun cuando
duermes, cuando haces los quehaceres del hogar, cuando trabajas y cuando
llevas a los niños al colegio; un lugar donde todo el tiempo cuides lo
que miras, lo que oyes y lo que comentas. ¿Quieres que el Señor habite
en tu vida?
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http://depositfiles.com/files/kdshrmpnp
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