viernes, 21 de diciembre de 2012

Manteniendo los cielos abiertos – II

Tarde o temprano las visitas se van. Y para que el Señor habite en tu casa y no solo te visite, tendrás que construir el sitio adecuado para que Él se quede. Un lugar donde se honre Su Presencia todos los días de la semana; donde siempre estés en comunicación con Él, aun cuando duermes, cuando haces los quehaceres del hogar, cuando trabajas y cuando llevas a los niños al colegio; un lugar donde todo el tiempo cuides lo que miras, lo que oyes y lo que comentas. ¿Quieres que el Señor habite en tu vida?

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http://depositfiles.com/files/kdshrmpnp

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