Todos tenemos posibilidad de que Su sangre nos toque y que podamos ser
confundidos con Jesús en algún momento… sólo que con frecuencia estamos
muy distraídos para darnos cuenta de la necesidad a nuestro alrededor.
Pero la iglesia, cuando tiene Su favor, es un lugar donde Su sangre te
salpica y sin tú proponértelo, sales con una carga que antes no tenías, y
un día te encontrarás adoptando niños que no son tuyos, abrazando a un
abuelo abandonado en un asilo de ancianos, visitando a los enfermos de
un hospital o a los necesitados. Una nueva versión de este mensaje
único.
Descargar aqui:
http://depositfiles.com/files/if4rbyn7p
viernes, 14 de diciembre de 2012
No te limpies la sangre – Parte II
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario