El vallado sobre la familia viene cuando el sacerdote del hogar ocupa el
sitio que Dios le dijo que tiene que ocupar; cuando se pone lo que
tiene que ponerse como hombre -además de pantalones- se pone en la
brecha y empieza a reclamar y a clamar como Job por su familia. Porque
cuando en un hogar no hay un hombre comprometido con el Señor, los hijos
tienen pocas posibilidades de ser hombres y mujeres comprometidos
también con el Señor. Si tú eres padre de familia, este es un llamado
que no puedes declinar.
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miércoles, 12 de diciembre de 2012
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