A veces, cuando pasamos por situaciones difíciles que son como desiertos
donde la arena se nos mete en el corazón, pensamos que no tenemos
salida, que Dios nos abandonó. Es entonces que empezamos a tener esas
crisis del alma que duran meses y en ocasiones años… Pero, ¿puede haber
una crisis mayor que la que vive Abraham en el Monte Moriah?
¿Sacrificarías a tu hijo, a tu único hijo, si el Señor así te lo
pidiera?
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http://depositfiles.com/files/3d8mxu1bu
martes, 4 de diciembre de 2012
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