Muchas veces nosotros queremos que Dios nos cambie de la noche a la
mañana. Pero Dios no trabaja así. La vida espiritual, la vida íntegra se
va construyendo de pequeños cambios, mejorando actitudes poco a poco
como hicieron los japoneses después de la Segunda Guerra mundial, que se
propusieron mejorar algo de sí mismos y de sus productos cada día,
haciendo de la calidad un estilo de vida. Y el punto de partida es tener
en claro a qué le apuntas en la vida, cuál es tu motor. Porque si no
estás seguro de cuál es tu asignación en la vida ¿Cómo vas a saber en
qué tienes que mejorar?
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http://depositfiles.com/files/zl0pghd7k
viernes, 21 de diciembre de 2012
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