Si Dios resolviera tu problema ¿no estarías más feliz? ¿No estarías más
tranquilo? ¿No podrías pensar mejor? ¿No irías con más fe a orar por los
enfermos de un hospital, si Dios arreglara tu problema primero?
Entonces mete a Dios en tus negocios, glorifica al Señor y dale de lo
mucho que Él te da, involúcrate en los asuntos del Reino y tendrás la
cobertura espiritual del Rey de Reyes. Hoy el Señor te invita a almorzar
con Él; acepta la invitación y como Abraham, sírvele, sírvele con
regocijo tu adoración y tu alabanza.
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miércoles, 12 de diciembre de 2012
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