Hay personas que se preguntan la razón por la cual no pueden ganar a su
familia, a sus hijos, a sus cónyuges para el Señor… y quizás la
respuesta –dura y honesta- sea que no tienen suficiente presencia de
Dios en sus vidas como para infectar de unción a los demás. Porque
cuando la presencia de Dios te imanta, hasta los demonios mismos saben
que hay un peso de Gloria en ti y la radiación de tu unción toca a
quienes están en tu lugar de trabajo, en tu escuela y en tu hogar.
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http://depositfiles.com/files/iudktiugf
viernes, 21 de diciembre de 2012
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