Necesitamos hombres que nos digan qué hay en el corazón de Dios. Esta
es una invitación formal a cuantos quieren pertenecer al anillo más
íntimo de Dios. Y decir “Señor yo quiero saber qué hay en Tu corazón.
Yo quiero ser el que se pare entre los muertos y los vivos; el que se
ponga en la brecha como Daniel; el que interceda, el que halle gracia
ante Tus ojos como Noé. Quiero tener el oído afinado como Samuel.
Quiero ser como uno de estos hombres” …. ¿Dónde están esos hombres en
estos días?
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