La cruz fijó el horror en los judíos para siempre, era una ejecución
repugnante, denigrante, que se usaba para la escoria, para las heces de
la sociedad. Y la idea de que alguien bueno, un redentor, murió en una
cruz para salvar a los pecadores, era inconcebible para muchos; los
confrontaba, los ofendía. Con los años el impacto de la cruz se ha ido
diluyendo para agradar más a la gente… pero eso no cambia la verdad: si
tú crees que Él murió en tu lugar y pasó lo que tú debías pasar, serás
salvo; no hay otro camino. La segunda parte de un mensaje único.
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