“¡Ojalá yo pudiera estar muerto en tu lugar!”, fue la declaración más
triste que un rey pudo hacer, frente a la tumba de su propio hijo. Acaso
la historia más triste de un padre pueda hacernos reflexionar que
necesitamos detenernos en nuestros hijos. Todos nos enfrentaremos a la
despedida de un niño del hogar -no necesariamente frente a su tumba,
pero sí cuando salga a volar su propio vuelo. ¿Y si ese día tenemos que
arrepentirnos de todo aquello que no hicimos por ellos? Un mensaje que
va a hacerte llorar y pensar demasiado.
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http://depositfiles.com/files/va7u0af9b
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