Los seguidores de Moisés, murieron en el desierto, eran turistas; pero
los que seguían a Josué eran soldados y para ellos ya no hubo
simplemente regalos o maravillas, sino que hubo el fruto de su esfuerzo.
El Señor nos dice que debemos esforzarnos y ser valientes, tenemos que
sembrar para cosechar el fruto de la tierra, orar en secreto para ganar
la recompensa pública. Hay que lograr vivir en la cuarta dimensión para
alcanzar la llenura del Espíritu.
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jueves, 6 de diciembre de 2012
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