En nuestros miembros hay una inclinación hacia el deseo, que crece como
una fiera. Con irresistible poder se apodera de la carne, e
inmediatamente el fuego latente, es encendido. La carne arde y está en
llamas, el gozo de Dios en nosotros se extingue y lo buscamos en la
lujuria. En ese momento Dios es bastante irreal para nosotros, Él pierde
todo sentido para nosotros. Ahora Satanás no nos llena de odio hacia
Dios, sino de olvido… y entonces ocurre lo que no querías…y cruzas la
última frontera.
Descargar aqui:
http://depositfiles.com/files/c2p2pymi5
lunes, 10 de diciembre de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario