¿Recuerdas el día en que descubriste que tu vida no iba a resultar
exactamente de la manera que pensabas? Un diagnóstico aterrador. Un
descenso inesperado al mundo de las camas de hospital y los sueros
intravenosos. La pérdida repentina de un ser querido. Un revés
financiero. O quizás tus sueños hechos añicos vienen acompañados de
papeles de divorcio. Pasó y estás frustrado, o herido, o furioso, o todo
lo anterior. Bienvenido al “plan B” del Señor. Un mensaje que te va a
confortar.
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http://depositfiles.com/files/fvo6ink49
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